viernes, 6 de julio de 2007

Los amos del Mundo (El club Bilderberg)


¿Cómo es posible que la prensa convencional apenas publica unas líneas sobre el encuentro de un centenar de las personas más ricas del planeta?
¿qué hacen bajo el mismo techo los directivos de France Telecom, la Coca-Cola, The Wall Street Journal, el consejero de Relaciones Públicas de Tony Blair, la Banca Morgan, el gobernador del Banco de Francia y el primer ministro de Dinamarca?

¿Observando las actuaciones de las plataformas antiglobalización en las cumbres de Davos o en cualquier reunión del G8, como es posible que estas reuniones pasen inadvertidas mas aun teniendo en cuenta el amplio dispositivo de seguridad que se debe necesitar para organizar encuentros de estas características?
Inevitables preguntas que llenan mi mente cuando paso tras alguna estantería donde me encuentro no menos de tres libros publicados sobre “El club Binderberg”.

La más secreta de las logias del poder mundial toma su nombredel hotel de la ciudad holandesa de Oosterbeek, donde seefectuó su primera reunión en mayo de 1954. En plena guerrafría, fue creada por el príncipe Bernardo de Holanda para que losdirigentes de los EE.UU y Europa pudieran mantenerconversaciones en reserva y coordinar políticas.

Se dice que aquellos que acuden a las reuniones del Bilderberg lo hacen a títuloestrictamente particular, privados de cualquier tipo de representatividad oficial sea cual sea el cargo que ocupen. Esa al menos es la teoría. Sin embargo, todos y cada uno de ellos han sido cuidadosamente escogidos por el comité organizadorprecisamente en virtud de los puestos que ocupan. Son los elegidos para unirse en una serie de deliberaciones secretas cuyo fin último es la preservación de lahegemonía occidental en el mundo.
Su única actividad es una reunión anual de dos días y medio, a la que suelen asistir unas 120 personas, entre banqueros, expertos de defensa, dueños de la prensa y los medios de comunicación, ministros de gobierno, primeros ministros, realeza, financieros internacionales y líderes políticos de Europa y América.

Las familias Rockefeller y los Rothschild, son el núcleo de este selecto club presidido durante mucho tiempo por lord Peter Carrington, ex secretario general de la OTAN. La estructura del Club Bilderberg se distribuye en círculos concéntricos. El Steering Comité o comité directivo, compuesto por quince miembros americanos y veinticuatro europeos permanentes, se encarga de seleccionar a los invitados de cada edición según la agenda temática que han previsto tratar. La pauta habitual es que cada uno invite a dos personalidades. El tandem ideal sería un político de alto rango y un empresario de la industria o un banquero y un intelectual (profesor o periodista). Finalmente, la lista se cerrará con poco más de un centenar de nombres.
Los componentes del Steering Comité son los pesos pesados de Bilderberg. Tienen su propia agenda y discuten los temas más discretos sin que el resto de asistentes, con los que se reunirán para debatir otras cuestiones más generales, conozcan el contenido de estas reuniones privadas.

El lugar de su reunión anual no es secreta, y tanto la agenda coo la lista de participantes están abiertamente disponibles al público, pero los asuntos de las reuniones son secreto guardado y los asistentes prometen no divulgar qué fue discutido. La postura oficial del Grupo Bilderberg es que la razón indicada del secreto del grupo es que permite a la gente hablar libremente sin la necesidad de considerar cuidadosamente cómo se pudo interpretar cada palabra por los medios de comunicación. Sin embargo, como la mayoría de los asistentes han obtenido su poder a través del proceso democrático, es discutible si es moralmente deseable que ejerzan su poder de manera informal. Este secretismo a convertido a os Bilderberg como blanco ideal para las acusaciones de cualquier tipo de conspiración mundial….

Cada mes de mayo una caravana de limusinas negras se dirige hasta el hotel escogido por la organización. En su interior, un centenar de banqueros, jefes de gobierno, economistas, presidentes de multinacionales, académicos y responsables de los medios de comunicación. Todos ellos se encierran durante un intenso fin de semana pocos días antes de la reunión del G8. El sistema de seguridad para proteger a este grupo es tan elitista como sus miembros. Entre ellos, varios agentes de la CIA.La prensa está prohibida. Nadie informa sobre lo que allí se debate, no hay fotos oficiales. Las reuniones anuales de esta selecta asociación, conocida como Club Bilderberg, se celebran desde 1954 en “una atmósfera de estricto secretismo”. Así las define la mismísima Enciclopedia Británica. Ellos se defienden de las acusaciones de “oscurantismo” alegando que no son “un club secreto, sino privado”.

El banquero James P. Warburg afirmó “Guste o no, tendremos un Gobierno Mundial. La única cuestión es si será por concesión o por imposición”. Esta es la esencia de su ideología, la creación de un estado supranacional al margen del democratico sufragio universal, este gobierno mundial lo harían efectivo a través de la ONU, un organismo creado por ellos. Hoy en día la ONU no tiene nada que ver para lo que fue creado. Ese gobierno estaría formado por una única fuerza militar, que sería la OTAN.
Para sus conseguir sus objetivos buscan manipular la sociedad, la “Guerra Tranquila” que es un documento que se filtró a la opinión pública de EE UU y es un manual de cómo manipular a la sociedad. Se ve como nos tienen enfrascados en nuestro trabajo... métodos para hacer una sociedad fácilmente maleable.
Buscan sustituir el poder de los gobiernos por el poder de la banca, de las finanzas como hizo ver Rockefeller en 1999 en Newsweek Internacional: “Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo”.

Sin embargo, "el Club Bilderberg no es una sociedad secreta. No se trata tampoco de una nueva teoría conspirativa sobre el dominio del mundo. Es algo real y tangible", afirma Estulin. Bilderberg, en su opinión, es la mayor concentración mundial de dinero y poder en un solo lugar.

Entendámonos, los Bilderberg no hacen política. Esas menudencias se las dejan a personajes de segunda fila dentro de los respectivos panoramas nacionales. Su trabajo es más importante que todo eso. Ellos diseñan, dibujan, perfilan y planifican las políticas que se ejecutarán en cualquier punto del globo. Para ellos la palabra clave es consenso; trazar los grandes caminos por los que discurrirá la Historia. Para imponer sus criterios no necesitan la fuerza, ni tan siquiera recurrir a la coacción, ya que lo s miembros del grupo ocupan posiciones clave dentro del concierto internacional, de forma que su influencia puede ejercerse sin apenas ser notada. Sus actuaciones a menudo derivan en profundos cambios dentro de las esferas económicas y políticas mundiales.
Sin entrar en valorar las innumerables teorías conspirativas que rodean al club, es innegable que resulta cuanto menos llamativo el observar que los asistentes a estas reuniones parecen experimentar un notable impulso a sus respectivas carreras (siempre y cuando se adapten a los intereses del grupo). Por ejemplo, a la convocatoria de 1991 acudió como invitado Bill Clinton, quien justo después comenzaría su carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos), tambien Tony Blair asistio a las cumbres poco antes de convertirse en Primer Ministro. También son sonadas las gestiones de Kissinger y Agnelli para convencer a Berlusconi de la importancia de que el bilderberger Renato Ruggiero fuese nombrado ministro de Exteriores. El último secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, también ha asistido a las reuniones del Club. Kofi Annan. El actual secretario general de Naciones Unidas lo fue antes de Bilderberg.

Todas esta llamativas “casualidades” pierden espectacularidad al compararlas con el caso de Vladimir Putin, cuando este aspiraba a ser presidente de Rusia las encuestas le daban sólo un 5% de posibilidades. Entonces se produjeron tres atentados de Moscú en los que murieron 280 personas. Putin apareció por televisión pidiendo ser elegido para garantizar la paz y seguridad. Finalmente, ganó las elecciones. Recientemente se ha descubierto que aquellas bombas no fueron chechenas, sino que las instaló el KGB, la organización que hasta poco antes había dirigido Vladimir Putin.


Hay mas argumentos para alimentar el recelo de algunos (pocos) sectores del periodismo sobre esta selecta sociedad como el informe “Iron Mountain” en donde concluyeron que no existen medios más eficaces que las guerras si lo que se quiere es alterar la vida del planeta.En definitiva: volvieron a percatarse de que la guerra es la mejor forma de sacar beneficio. Han implantando una economía de guerra donde con su dinero arman a los dos bandos, crean situaciones de peligro y se aprovechan con las reconstrucciones, los créditos.....


Sin olvidar que la presencia dentro del grupo de gente como el polaco Zbigniew Brzezinski, antiguo asesor de Seguridad Nacional de Jimmy Carter.Brzezinski se ha vanagloriado de ser el creador de la trampa afgana. Fue él quien instó al gobierno norteamericano a apoyar a los muyaidines talibanes para que combatieran contra los soviéticos. Según él, era una oportunidad única para “que la URSS tuviera su propio Vietnam”. La trampa sigue teniendo consecuencias hoy día, entre ellas la guerra contra el terrorismo inaugurada tras el 11 de Septiembre.


Bilderberg controla el FMI, el banco mundial, la O.N.U, todos los bancos centrales europeos. Cada comisión europea prominente tiene contemporáneamente u otra asistió a una reunión de Bilderberger. Cada secretaria general de la OTAN es un Bilderberger.

De esta forma las listas de asistentes a las conferencias del grupo Bilderberg se convierten en una especie de quien es quien en la elite mundial.
Son los elegidos, aquellos que realmente tienen en sus manos el poder de influirsobre el curso de los acontecimientos. Un nuevo concepto de sociedad secretacuyos cónclaves transcurren en las más absoluta intimidad. Es por ello que resulta sumamente difícil tener una perspectiva apropiada de impacto real de estas conversaciones sobre el posterior desarrollo de los acontecimientos mundiales.

España ha sido una vez sede de un encuentro del Club. En 1989, Felipe González dio la bienvenida al grupo en el balneario pontevedrés de La Toja. En aquella ocasión estuvieron presentes el ex secretario general de la OTAN Lord Carrington, el ministro de asuntos exteriores austriaco, Franz Vranitzky, Jesús de Polanco y Miguel Boyer.
Sin duda, no es casual que Rodrigo Rato haya pasado por el Bilderberg antes de ser elegido presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Luis Solana antes de ser elegido para dirigir la OTAN. Aunque el español más destacado del club es Juan Luis Cebrián ex-director de “El País” y consejero delegado del Grupo PRISA.



La perla del día:

"El hombre más poderoso es aquel que es totalmente dueño de sí mismo."

(Aristóteles)