jueves, 28 de junio de 2007

Cronica de un retorno anunciado




Hay ocasiones en las que sabes que volverás a un lugar determinado, cuando oí hablar de Antigüedad, sabia que algún día visitaría esa localidad, y en mi primera visita supe que volvería..... lo que no intuía ni por asomo era el motivo.

Hace semanas que llevo escuchando cosas asombrosas de ese lugar (Antigüedad), ni tan siquiera entro a valorarlas.... pero después de hablar con gente a la que considero seria.... tenia claro, que tenia que vivir la experiencia de pasar una agradable tarde, sin mas expectativas que disfrutar de unos momentos agradables en plena naturaleza.

La entrada en Antigüedad fue relajada, ralentizando la marcha del coche para poder observar sus estrechas calles, y con la radio del coche apagada. Pasando tras la sombra del imponente Phamton.... sabia que me encontraba a unos 5 kilómetros de la ermita de Garon... punto clave en este peculiar viaje.

El calor apretaba fuerte, así que decidí aparcar al lado de la ermita en una pequeña sombra, el ritual lo llevaba bien aprendido.. apagar movil... y no usar reloj, simplemente dejar que el tiempo discurriese mientras disfrutas del entorno.

Como el fin de semana anterior se había celebrado una concentración de gente de todo el país, casi 300 personas ya habían realizado el mismo “ritual” que yo estaba dispuesto a acometer... cogiendo el vaso me dirigí a la fuente a beber agua... un agua que dicen que además de sabor tiene una importante carga energética, y mientras bebía sentado en un banco de madera cercano al lugar de donde emanaba el agua, observaba el paisaje, observando el entorno y relajándome tal y como me habían recomendado antes de acercarme al punto clave.

Tras unos minutos inicio la subida hacia el lugar indicado, pasando al lado de la Virgen de Garon.... a pesar de no haber un camino al que pueda denominar como tal, el acceso no es difícil y en breves minutos ya estoy en lo alto, observando la ermita y la fuente desde la altura..... allí unos montículos de piedras me indican que estoy en el lugar correcto, el momento mas “interesante” había llegado, aunque solo consistía en caminar por el camino cercano al cereal plantado y rodeado de amapolas, con la única misión de disfrutar el momento, ver el paisaje, disfrutar los aromas del campo, relajarte mentalmente y entrar en comunión con la naturaleza, todo tan sencillo y aderezado por los mensajes que colgaban desde los arbustos que bordeaban el camino y que habían sido colocados el día de la concentración.

Tras unos minutos de paseo, e incluso de aprovechar para sentarse en la zona de mayor concentración energética, el día concluye con regresar al merendero donde esta ubicada la fuente y allí descansar, leer, merendar, cenar, pasear.... lo típico que siempre se ha hecho en los típicos fines de semana de mi infancia cuando nos íbamos al monte, todo esto con el máximo respeto por el entorno, el cual esta muy bien acondicionado para este tipo de jornadas.

La clave, es que en unos diez días debería hacer una reflexión sobre como uno se encontró en los días posteriores a la visita.... aunque como dato curioso, mientras medio dormitaba en una banco bajo los árboles, se acerco una familia que hizo exactamente el mismo ritual que yo.... con lo cual llegue a la conclusión de que esta familia había estado aquí el pasado sábado, y habían decidido repetir..... ¿buena señal eh?

Si saben cuidarlo y promocionarlo en este pueblo tienen una joya.... ni Stonehenge, es un lugar comparable....



La perla del día:


“El hombre más feliz es el que hace la felicidad del mayor número de sus semejantes.”


(Denis Diderot)